
Hilos de sabiduría
Entrelazando la diversidad biocultural

Vidas que acompañan este recorrido biocultural
Él es el maestro Efrén Taborda, ebanista, una vida entregada a trabajar la madera para darle forma a bellos bodegones. Su taller está ubicado en el barrio Obrero, de Pasto, Nariño.
El maestro José Leonardo Paz, es un artesano experto en el telar horizontal. Desde muy joven aprendió este arte. Actualmente trabaja con la iniciativa Ecotema.
Andrés Romero, es uno de los líderes que ha impulsado la iniciativa comunitaria Matarredonda, en el sector rural de Chachaguí, Nariño.
Él es el maestro Fidencio Miranda, un artesano que con su talento, donde gentes y disciplina, ha sido merecedor de grandes premios. Vive en el corregimiento de Obonuco, en Pasto, Nariño
Jennifer Almeida, es una joven profesional en ingeniería agronómica, y desde niña impulsa la organización comunitaria de Matarredonda. Una líder con fuerte identidad campesina y que ama su comunidad.
En el amplio panorama de la educación y la cultura, se encuentra entrelazada la noción de diversidad biocultural, un concepto que trasciende las simples categorías modernas de lenguas, escuelas y pedagogías.
El concepto de diversidad biocultural se enmarca en una tradición milenaria que, aunque presente en nuestro entorno, a menudo desconocemos.

Como herederos de esta rica tradición, cargamos con una memoria colectiva y una diversidad biocultural que nos define y enriquece. En especial en territorios y regiones como Nariño y el suroccidente colombiano.
Sin embargo, también hemos heredado una tradición moderna occidental, principalmente a través del sistema educativo formal que moldea la mayoría de nuestras vidas, y que en la mayoría de ocasiones opaca el reconocimiento de la riqueza biocultural que nos rodea. Este es un esfuerzo para contrarestar esa construcción social.

En el corazón del barrio Obrero de Pasto se encuentra el modesto taller del maestro Efrén Taborda, un virtuoso del torno y la ebanistería cuyo legado, trasciende más allá de las simples piezas de madera que crea. Al entrar en su santuario de la madera, el aroma embriagador del aserrín envuelve los sentidos, mientras que bajo los pies crujen los restos de madera. En este espacio, impregnado de polvo y dedicación, el maestro Taborda se convierte en el guardián de una tradición amenazada por la industrialización y la obsolescencia programada.
Su taller es mucho más que un lugar de trabajo; es un refugio donde el pasado y el presente se entrelazan, donde las historias están talladas en cada pieza y donde el legado del maestro Taborda vive en cada golpe "musical" del torno.
Escuche el siguiente podcast y conozca más sobre este talentoso ebanista:






Jacques Derrida nos invita a la valoración de lo que somos milenariamente, a reconocernos y a incentivar el cómo descolonizar nuestro pensamiento, y por ende la escuela, en un contexto marcado por las crisis civilizatorias y la necesidad de una transición hacia nuevas formas de pensar y actuar. En ese sentido, las prácticas de transición deben, entre otros aspectos, estar impregnadas de procesos de comunicación y formación para que hagan parte de la cultura, es decir, de la vida misma de las personas. De tal manera, que se revalorice lo local con una mirada crítica de lo global.

En este contexto, Michel Foucault, en su obra "Vigilar y Castigar", nos invita a cuestionar la modernidad y su objetivo de separarnos de la naturaleza para convertirnos en seres racionales. En particular, Foucault introduce el concepto de "biopoder", que se refiere al control ejercido sobre la vida de las personas, tanto a nivel individual como poblacional. Este control se manifiesta en prácticas disciplinarias, como la vigilancia constante, la normalización del comportamiento y la regulación de la salud y la sexualidad.
¿Cómo transcender? ¿Cómo enfrentar un mundo consumista y determinista con la aspiración a realización de vida, al buen vivir? Conozca la siguiente experiencia, no le dará una respuesta inmediata, pero si, entregará un valor agregado al reconocimiento del esfuerzo humano.

También el barrio Obrero de Pasto, Colombia, se encuentra Ecotema, un emprendimiento que en el interior de su taller, se descubre a José Leonardo Paz, un hábil tejedor que personifica la dedicación a preservar las antiguas técnicas de tejido en telar horizontal, una destreza que parece desvanecerse en el tejido del tiempo.
Exploramos las historias entrelazadas detrás de estas manos expertas que mantienen viva la riqueza biocultural de Nariño, Colombia. Las habilidades artesanales representan la herencia de antiguas civilizaciones que poblaron la región, creando textiles con una riqueza tanto en fibras como en técnica.
La preservación de estas técnicas recae en artesanos como José, quienes, a pesar de las dificultades económicas y del mercado actual, se esfuerzan por mantener viva esta tradición ancestral, con la esperanza de que su legado perdure. Cada golpe musical del telar, cada hilo entrelazado, cuenta una historia de resistencia y perseverancia en la lucha por conservar la identidad cultural de la región.
Escucha al maestro José Leonardo en el siguiente podcast:






Surge entonces la pregunta sobre la validez del saber disciplinar y la necesidad de abrazar estudios transdisciplinarios que fomenten el diálogo de saberes y la comprensión holística de nuestras realidades bioculturales.
Las identidades híbridas y la relación entre cultura y naturaleza nos llevan a replantearnos nuestras visiones de la naturaleza, adoptando enfoques como la teoría de la complejidad o las ciencias biológicas de autores como Morin, Capra y Prigogine. Enrique Leff nos introduce a la epistemología ambiental y la ética ambiental como herramientas para comprender nuestra relación con el entorno.
Más allá de las encarnadas competencias en el mundo educativo, Jaime Martínez Luna propone explorar el concepto de "compartencia" como alternativa a la competencia, y así confrontar el modelo que se va imponiendo de forma homogeneizante.
El giro ontológico nos invita a explorar nuevos mundos de vida y concepciones de lo humano, como la expresión "Yo soy árbol", expresado por algún indígena, que desafía nuestra percepción tradicional del ser. Las ciencias de la vida nos muestran la fragilidad y la resiliencia de los sistemas naturales, mientras que los estudios animales nos invitan a reconsiderar nuestra relación con otras formas de vida en el planeta.
Los cambios geopolíticos y culturales plantean desafíos y oportunidades para repensar nuestras identidades y profesiones del futuro en un mundo caracterizado por la velocidad y la incertidumbre.
Y es precisamente nuestro siguiente invitado, quien representa una mirada de resistencia ante el vértigo, la ansiedad de lo instantáneo y la eficacia, características de un mundo posmoderno.
Pasto es una ciudad rica en tradiciones y artesanías, en ella encontramos a maestros de la talla en madera cuya destreza y dedicación son ejemplares. Estos artesanos, a través de generaciones, han perfeccionado su oficio, transmitiendo conocimientos ancestrales y técnicas refinadas que dan vida a piezas únicas y excepcionales. Cada talla en madera es una expresión de la identidad cultural de la región, capturando la esencia de la naturaleza y las historias locales con maestría y precisión.
Uno de estos casos excepcionales, es el maestro Fidencio Miranda, oriundo de Obonuco, corregimiento de Pasto, un tesoro viviente de la riqueza biocultural, que ha fusionado su pasión por el calado en madera con una profunda conexión con la naturaleza y el folclore. Su singular habilidad para transformar la madera en obras de arte minuciosamente talladas, donde la fauna, la flora y el imaginario popular cobran vida, es un testimonio de su maestría y su arraigado amor por su tierra. A lo largo de sus 80 años dedicados al arte, ha ganado reconocimientos importantes por su obra, llevando con orgullo el legado de Obonuco a través de cada pieza única que crea, que no solo refleja su destreza técnica, sino también su devoción por mantener viva la herencia cultural de Colombia.
En el siguiente podcast narramos un encuentro especial con el maestro Fidencio Miranda, quien nos recibió en su hogar, en el corregimiento de Obonuco, en Pasto, Colombia.









Una experiencia de vida comunitaria
Matarredonda
Reserva natural comunitaria


Más allá de las habilidades individuales, la comunidad de Matarredonda, ubicada en la zona rural de Chachaguí, Nariño, nos ofrece una experiencia de vida comunitaria enriquecedora y sostenible. Aquí, los lazos familiares y vecinales son sólidos, y la colaboración y solidaridad son valores fundamentales. En Matarredonda, cada individuo contribuye al bienestar colectivo, compartiendo tareas y responsabilidades en un espíritu de cooperación y apoyo mutuo.
En esta comunidad, se entrelazan las tradiciones ancestrales con la vida cotidiana, y las celebraciones y rituales son ocasiones para fortalecer los lazos comunitarios y honrar las raíces culturales. La naturaleza abundante que rodea a Matarredonda inspira a sus habitantes, quienes valoran y respetan el entorno natural como parte integral de su identidad y sustento.

Matarredonda
Un lugar para visitar
Matarredonda es referente de experiencia biocultural. Aquí, la autogestión no es solo una idea abstracta, sino una realidad palpable forjada por años de compromiso con la agroecología y la economía solidaria. Esta comunidad ha sabido honrar y valorar la tradición milenaria del ser campesino, reconociendo en sus saberes ancestrales el fundamento de su identidad y prosperidad.
La vecindad y el compadrazgo en Matarredonda no son simples relaciones sociales, sino los pilares de una sólida tradición campesina que perdura a través de generaciones. Este arraigo comunitario ha transformado el territorio en un proyecto de vida colectivo, donde el sentido de pertenencia se entrelaza con la revitalización de los saberes ancestrales y la promoción de lo biocultural. Aquí, la conexión con la tierra trasciende la mera agricultura; es un compromiso integral con la seguridad alimentaria, el buen vivir, la preservación ambiental y el respeto por las tradiciones arraigadas.
Este sendero vital en Matarredonda no solo se caracteriza por la cooperación y el compromiso comunitario, sino también por la búsqueda de prácticas sostenibles y producciones limpias. Entre estas destacan la producción de un excelente café de alta calidad y la extracción de miel 100% natural.
Estas producciones limpias no solo son una fuente de sustento para la comunidad, sino también un ejemplo de cómo es posible conciliar el desarrollo económico con el cuidado del medio ambiente y la preservación de la biodiversidad. En Matarredonda, la naturaleza y la cultura se entrelazan en un tejido vivo de tradición y sostenibilidad, mostrando el camino hacia un futuro más armonioso y equitativo.
Entre los apartes del siguiente podcast, se encuentra la historia de Jennifer, una joven profesional de Matarredonda, ofrece un testimonio revelador de cómo los valores de solidaridad y responsabilidad hacia la tierra y la comunidad se cultivan desde la infancia. Inmersa en el proyecto Agro Solidaria desde temprana edad, Jennifer y otros niños aprendieron entre juegos y curiosidades el valor de la cooperación y el cuidado del entorno, sembrando así las semillas de un futuro sostenible y en armonía con la naturaleza.



Los legados bioculturales
Saberes para reconocer y valorar
Queda patente la necesidad imperante de políticas públicas que respalden y promuevan el desarrollo integral de nuestros artesanos y comunidades, reconociendo su invaluable contribución a la preservación de la diversidad biocultural. Es fundamental fomentar la organización comunitaria y la implementación de presupuestos participativos que empoderen tanto a los artesanos como a las comunidades, permitiéndoles tomar decisiones que beneficien su desarrollo sostenible y la valorización de su patrimonio cultural.
El rescate y promoción de lo biocultural en nuestras comunidades debe ser una prioridad, no solo para preservar nuestras raíces y tradiciones, sino también como motor de desarrollo económico y social. Esto implica un enfoque en la educación liberadora que fomente el pensamiento crítico y la conciencia sobre la importancia de la diversidad cultural y natural.
La transformación del pensamiento hacia la decolonización es esencial para construir un futuro más equitativo y justo, donde se reconozca y respete la pluriculturalidad de nuestras sociedades. Esto requiere un compromiso tanto a nivel individual como colectivo, así como la colaboración activa entre los diferentes actores sociales y gubernamentales. Solo así podremos avanzar hacia un mundo donde la riqueza biocultural de nuestras comunidades sea valorada y protegida como un tesoro invaluable para las generaciones presentes y futuras.
La verdadera liberación de los pueblos latinoamericanos reside en el reconocimiento y valoración de su diversidad biocultural, como fuente de sabiduría y resiliencia ante los desafíos del presente y del futuro
Como nos hace entender Paulo Freire por una pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación.
Hacia el camino de lo esencial para alcanzar el buen vivir.



Créditos:
Agradezco a cada persona que contribuyó para que este producto tome vida. Tanto a los artesanos como a los habitantes de Matarredonda.
A los profesores de la Maestría en Pedagogía Social de la Universidad de Nariño. En especial al doctor Javier Tobar, que promovió los encuentros, y a la doctora Barbara Ojeda, directora de la maestría, para quien este producto se convierta en un motivo más para seguir construyendo pensamiento desde el bello sur latinoamericano.
Atentamente,
Felipe Andrés Criollo Córdoba
Comunicador Social - Periodista, especialista en Pedagogía de la Virtualidad y maestrando en Pedagogía Social.